Artidoro Gracia; Junio/ 09
La gallina discutía con el huevo sobre quién había sido primero, si él o ella. A cloqueos quería ganarle. El huevo estaba amarillo de coraje y se hacía un ovillo para no escucharla. “Yo fui primero” decía con su voz tímida y se quedaba en silencio hecho una bolita. Entonces la gallina se enfureció, cacareó más fuerte, lo maldijo y le rompió la cáscara a picotazos. Y el huevo roto se chorreó por el suelo.
La gallina se quedó sola, y ahora, de cuando en cuando, se le escucha cacarear en los corrales buscando a su pollito que nunca tuvo.
La gallina discutía con el huevo sobre quién había sido primero, si él o ella. A cloqueos quería ganarle. El huevo estaba amarillo de coraje y se hacía un ovillo para no escucharla. “Yo fui primero” decía con su voz tímida y se quedaba en silencio hecho una bolita. Entonces la gallina se enfureció, cacareó más fuerte, lo maldijo y le rompió la cáscara a picotazos. Y el huevo roto se chorreó por el suelo.
La gallina se quedó sola, y ahora, de cuando en cuando, se le escucha cacarear en los corrales buscando a su pollito que nunca tuvo.
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