sábado, 27 de junio de 2009

A la memoria de 49 chiquitines

Artidoro Gracia, 29 julio 09

Nunca te diste cuenta de que ya estabas muerto.
Por esa razón, cuando te dieron aquellos besos en la frente, un apretón de manos y unas palabras todas rotas… no supiste.
Era el adiós de una mujer destrozada junto al lecho. Después, unas manos llenas de callos, pero con sublime delicadeza, te secaron unas gotas en la cara. Eran las de un hombre ahogándose en sus lágrimas.
¿Qué te ibas a dar cuenta de eso?... Los niños no tienen porqué andar dándose cuenta de esas cosas.

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